martes, 29 de marzo de 2016

2.10 EPICUREÍSMO


Esta doctrina, característica de la época helenística, fue fundada por Epicuro quien nació en el año 341 a. C. en la isla de Samos, y murió en 270 a. C. Pasó su juventud y una parte de su edad madura en Asia, Samos y Lesbos, para establecerse finalmente en Atenas donde fundó su escuela llamada £1 Jardín. Era un lugar silencioso lejos del bullicio de la ciudad. Sus discípulos cultivaban la generosidad y la amistad recíprocas, celebraban austeras comidas comunitarias para festejar el cumpleaños de su maestro.
En El Jardín se aceptaban personas de todas las clases sociales, incluyendo mujeres y esclavos. Y esto provocaba escándalo entre sus contemporáneos.
Para Epicuro el fin de la vida humana es la felicidad, pero ésta se logra mediante la práctica y búsqueda de los placeres (hedonismo). La búsqueda del placer y el rechazo al dolor es propio de la condición humana. Sin embargo no todos los placeres son iguales y tienen la misma calidad. El sabio debe elegir los placeres más acordes con lo humano y alejarse de aquellos que provoquen fatiga, desenfreno y remordimiento. Los placeres buenos son los que acarrean serenidad y elevación del espíritu. La máxima virtud es la phronesis, es decir, la cordura, la moderación y la presencia de ánimo. El sabio debe alejarse de la vida política que busca reconocimientos, honores y pleitesía. La mejor convivencia es la de la amistad solidaria que busca fines y virtudes comunes.
En su concepción del mundo Epicuro adoptó la teoría materialista de Demócrito sobre los átomos y el vacío. Aunque no negó la existencia de los dioses, su cosmovisión está basada en el materialismo.

El epicureismo tuvo muchos seguidores. A esta escuela pertenecieron sobre todo pensadores romanos como Tito Pomponio Ático, Tito Lucrecio Caro y Plinio el Joven. Todos ellos hacían consistir la virtud en la moderación de deseos.

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