2.5 ANALIZA LAS EXPLICACIONES CON BASE EN EL MOVIMIENTO QUE SUSTENTAN LOS FILOSOFOS MECANICISTAS.
Los filósofos
jónicos que iniciaron la filosofía en la Antigua Grecia: Tales de Mileto,
Anaximandro, Anaxímenes postulaban un solo principio como el origen de todas
las cosas (agua, fuego, aire). Ante esta postura monista surgieron otros
filósofos portadores de un pluralismo, que sostenían que la realidad estaba
conformada por una multitud de principios fundamentales que se movían de manera
mecánica. Consideraban que era necesario hallar una causa que explicara el
movimiento. Suponían que la materia era inerte y que sólo se movía bajo el
impacto de alguna fuerza externa.
Estos
filósofos pluralistas y mecanicistas que veremos a continuación consideraban
que las cosas suceden porque hay un orden, una disposición de las partículas o
elementos organizados de manera preestablecida.
Empédocles de Agrigento. Vivió entre
los años 492 y 432 a. C. Era originario de Agrigento, ciudad de la que fue
durante mucho tiempo caudillo político. Era médico de profesión y creía estar
dotado de poderes mágicos. Una leyenda cuenta que puso fin a su vida
arrojándose al volcán Etna. Escribió dos poemas. El primero sobre La naturaleza
que trata el problema cosmológico.
El segundo,
titulado Las purificaciones, que es de estilo florido, mágico y rico en
metáforas, y en el que habla, entre otras cosas, de la transmigración de las
almas. En esas obras se han visto dos tendencia al parecer opuestas en
Em-pédocles: "una científica" y hasta materialista-mecanicista y otra
religiosa y hasta mística.
Según
Empédocles, todo está compuesto de cuatro elementos diferentes: tierra, agua,
aire y fuego. Estos cuatro elementos constan de partículas inmutables y últimas
que se mezclan unas con otras gracias a las fuerzas provocadas por dos
principios antagónicos: el amor y el odio, formando los objetos concretos del
mundo, los cuales dejan de ser cuando las partículas de estos elementos
primordiales se separan.
El amor y el
odio, en la filosofía de Empédocles, son concebidos como fuerzas físicas o
materiales. El amor o atracción, mezcla o reúne las partículas de los cuatro
elementos en distintas proporciones, por lo que resultan las cosas que existen;
mientras que el odio o la discordia separan las partículas, provocando con ello
la extinción o aniquilación de las cosas.
El amor y el
odio se están disputando la primacía en el proceso del mundo. Es por ello que
Empédocles introduce una especie de ciclos o estadios ordenadores periódicos,
gracias a los cuales los elementos se encuentran en un cambio infinito.
Al comienzo de
un ciclo, los elementos están todos entremezclados —no separados aún, de manera
que formen los objetos concretos tal como nosotros los conocemos— y constituyen
una mezcolanza general de partículas de tierra, aire, fuego y agua. En esta
fase primitiva del proceso, el principio que gobierna es el amor, y al todo se
le llama dios bendito. Pero el odio ronda en torno a la esfera, y cuando
consigue penetrar en ella se inicia el proceso separador, la desunión de las
partículas. Finalmente, la separación llega a ser completa: todas las
partículas de agua se juntan, e igualmente todas las partículas de fuego y
todas las de los otros elementos, por separado. El odio reina como dueño y el
amor ha sido expulsado. Mas el amor, a su vez, inicia su obra y así origina el
gradual mezclarse y unirse de los diversos elementos, proceso que sigue
adelante hasta que las partículas elementales vuelven a estar mezcladas entre
sí como lo estaban al comienzo. Entonces le toca otra vez el turno al odio. Y
de esta manera continúa el proceso, sin un primer comienzo y sin un último fin.
Cabe señalar
que Empédocles toma ideas tanto de Parménides como de Heráclito para formular
su pensamiento sobre la.physis o naturaleza de las cosas. Del primero toma
"el ser inmutable" que caracteriza a los cuatro elementos, y del
segundo recoge la noción del cambio, que se da a partir del amor o la armonía y
del odio o la discordia, que operan sobre dichos elementos en los diversos
ciclos.
Demócrito de Abdera (460-370). Tuvo
como maestro a Leucipo, fundador de la teoría atomista, misma que este filósofo
sostuvo. Demócrito era un escritor elegante y fecundo. Entre sus obras se
encuentran: El pequeño orden del mundo, Tritogeneia (que trata sobre moral), De
las formas, Del entendimiento, Del buen ánimo y Preceptos. A la pregunta sobre
el origen o arje de las cosas, el destacado alumno de Leucipo arguye que el
principio de todo se explica a partir de la existencia de unidades o partículas
pequeñísimas e indivisibles que son los átomos o cuerpos densos. Su número es
infinito-, son impenetrables, indestructibles, eternos, pesados, y todos de la
misma naturaleza. Sin embargo, entre ellos se da una infinita variedad de
formas externas y de tamaños. Por ejemplo: la luz y el alma están formadas por
átomos sutiles y rápidos (de fuego esférico). La sensación se explica por las
imágenes o representaciones materiales (eidola) o partículas de materia que
recibimos de los cuerpos; se debe a ciertos átomos sutiles que entran en
nuestros sentidos por los poros y forman imágenes de las cosas en el alma, que
es una combinación de átomos.
En uno de sus
escritos Demócrito señala que estos átomos se mueven en el vacío infinito,
separados unos de otros y diferentes entre sí en figuras, tamaños, posición y
orden. Al sorprenderse unos a otros se colisionan y algunos son expulsados
mediante sacudidas al azar en cualquier dirección, mientras que otros,
entrelazándose mutuamente en consonancia con la congruencia de sus figuras,
tamaños y ordenamientos, se mantienen unidos y así originan el nacimiento de
los cuerpos compuestos.
Por otra
parte. Demócrito observa que el ser de las cosas se constituye a partir de los
efectos mecánicos del impacto de la presión y lo compacto de los átomos como
sucede entre el imán y el hierro, o la luz y el ojo. Pero esto sólo puede
suceder cuando las cualidades de la cosas dependen de la figura, la magnitud,
la posición y el orden de los átomos.
En el campo
político, Demócrito fue un defensor de la democracia. Heredero de una pequeña
fortuna, se dedicó en su juventud a viajar por Egipto, Etiopía, Persia e India.
Dirigió la escuela de Leucipo en Abdera y después se re tiró a Atenas en donde
conoció a Sócrates. Se le considera como el verdadero iniciador del
materialismo filosófico.
Anaxágoras (499-428 a. G). Fue otro de los grandes pluralistas
griegos, nació en Clazomene, en el Asia Menor Fue acusado de impiedad por los
enemigos de Pericles, el líder de la democracia ateniense, con quien cultivaba
amistad, viéndose obligado a abandonar en 434 la ciudad de Atenas donde había
permanecido durante algún tiempo. Según Diógenes Laercio, que como sabes
escribió la vida de los filósofos ilustres de la Antigüedad, Anaxágoras fue el
primero que a la materia añadió la inteligencia o pensamiento (nous). Por ello
se dice que este filósofo elabora una doctrina intermedia entre el naturalismo
de los milesios y el idealísimo socrático, del que es un notable antecedente.
Para explicar el origen de las
cosas. Anaxágoras no parte de un principio único, alejándose de la posición
monista de los milesios, sino que parte de la suposición de un número infinito
de elementos, de gérmenes o semillas, que se diferencian entre sí
cuantitativamente, que poseen propiedades irreductibles y por cuya mezcla se
originan las cosas visibles o materiales.
Según
Anaxágoras, los elementos que conforman los objetos del mundo sensible no son
simples, y los que parecen más simples son los más complejos, pues en cada cosa
hay una parte de todas las cosas y "todo es todo".
Por ejemplo,
en lo que come cualquier organismo animal, y por el cual nacen y crecen cosas
diversas tales como: huesos, nervios, cabellos, tejidos están contenidas todas
estas cosas.
Confusión,
separación y mezcla son lo que determina la formación de las cosas sobre la
base de estas semillas que Aristóteles llamó homeomerías, teniendo en cuenta
que, para Anaxágoras, las partículas de una sustancia son homogéneas.
Las
homeomerías estaban en un principio en un estado de caos o confusión que sólo
pudo ser ordenado por el espíritu, la inteligencia, la mente. El nous o
inteligencia es el principio del orden, pero también el principio de animación
y de individualización de las cosas que constituyen el orden armónico del
universo. Pero es precise advertir que el nous produce el orden de un modo
previsto desde siempre, no como un destino, sino como una fuerza mecánica que
se desarrolla a partir de su propio centro, esto es, del centro de su
movimiento en torbellino.
Aunque
Anaxágoras admite que las propiedades de las cosas pertenecen efectivamente a
los objetos, considera que el conocimiento sensible es imperfecto y que el
conocimiento racional es más confiable.
Aquí se
empieza a vislumbrar el dualismo metafísico de mente y materia en la medida en
que Anaxágoras concibe al nous como entendimiento divino, como una sustancia
pensante omnipotente separada de la materia primordial.
Por otra
parte, Anaxágoras reconoce que la naturaleza se desarrolla de acuerdo con leyes
necesarias, manifestando así un mecanismo de orden físico al paso que metafísicamente
el mundo tiene su origen por un acto de la inteligencia y se conduce hacia un
fin (visión ideológica).
Se ha reconocido
que la filosofía de Anaxágoras es un precedente de muchas teorías, que
constituye un elemento de transición entre el pensamiento materialista y
monista y el pensamiento idealista y dualista.
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