2.6 PROPUESTA ÉTICA-ANTROPOLÓGICA DE SÓCRATES COMO INICIO DEL RAZONAMIENTO SOBRE LA VERDAD Y LA VIRTUD
En el siglo V
a. C. la filosofía llega a un estado de madurez sorprendente, abandona las
viejas especulaciones cosmológicas de los primeros filósofos del siglo VI y de acuerdo
con las nuevas circunstancias históricas se encamina a reflexionar sobre el hombre
y su sociedad y de esta manera se habla de un nuevo periodo conocido, corno
"antropológico" o "humanista" dentro del cual se desarrolla
la democracia en Atenas la cual permite que el centro de atracción de la filosofía
misma se dirija hacia el tema del hombre. El alma, la conducta individual y los
fundamentos de la organización social, el conocimiento y la acción se
convierten en los principales problemas de la filosofía,
La forma
democrática del Estado reclamaba la suficiente destreza para hablar en público,
elocuencia para convencer a los ciudadanos en las asambleas populares, y en los
tribunales. Aparece un nuevo tipo de filósofos y de maestros del saber cómo los
sofistas que más adelante veremos, y junto a ellos un filósofo excepcional
llamado Sócrates (469-399 a. C.) cuya huella ha sido muy profunda en el
pensamiento griego y en toda la cultura occidental.
Sócrates nació
en Atenas procedía de una familia humilde, su padre, Sofronisco era escultor y
su madre, llamada Fenarete, se dice que era partera. El filósofo ateniense
decía que había heredado el oficio de sus progenitores en la medida en que se
había preocupado por esculpir, en el alma de cada individuo, la verdad y la
virtud, así como ayudar a parir, en el fondo de cada alma, el conocimiento de
sí mismo, así como las virtudes que el ser humano requiere para vivir en
sociedad.
El creador de
la mayéutica no dejó ningún testimonio escrito de su pensamiento y acciones. Su
filosofía y vida es conocida gracias a tres fuentes fundamentes: la que nos
proporciona Aristófanes en su comedia Las Nubes; la que nos ofrece Platón en
sus inmortales diálogos y la que escribe Jenofonte en sus Memorias de Sócrates.
Estas tres fuentes nos transmiten diversos puntos de vista acerca de la obra y
personalidad de Sócrates: Aristófanes hace una caricatura del filósofo
presentándolo en una fábrica de ideas o "pensadero" con sus
discípulos creando ideas extravagantes, mientras que el Sócrates de Platón
"es o bien una imagen muy adornada de lo que un gran filósofo debe ser, o
bien una "máscara" con la que se encubre a sí mismo",6 y, por
último, el Sócrates que evoca Jenofonte "es un predicador excelente,
aunque algo prosaico, de una moralidad buena, de sentido común, con un marcado
disgusto por las especulaciones no prácticas y la ciencia inútil."
Frente a los
antiguos filósofos cosmológicos que se afanaban en investigar el mundo
exterior, Sócrates se interesa en el conocimiento del ser humano, por ello
Cicerón decía que el filósofo griego había bajado la filosofía del cielo a la
tierra obligándola a preguntar por el quehacer de los hombres en las ciudades.
Así, la filosofía desde la perspectiva de Sócrates, deberá centrarse en el
conocimiento del hombre para hacerlo bueno o virtuoso. La divisa de la
filosofía socrática será: "conócete a ti mismo*. Buscar el conocimiento
implica que no se sabe nada. El verdadero sabio es aquel que reconoce su
ignorancia y que por ello pretende superarla mediante la auténtica búsqueda de
la verdad, de ahí la famosa frase atribuida al propio Sócrates: "sólo sé
que nada sé".
En contra de
la pretendida sabiduría de los sofistas Sócrates argüía no saber nada, y en
contra de sus antecesores físicos o cosmólogos que sólo buscaban el
conocimiento del mundo exterior, instaba a sus contemporáneos al conocimiento
de sí mismos. "En Sócrates la vida interior afirma la unidad del hombre;
lo que se llama externo es lo ajeno a esta unidad, lo que amenaza romperla
perturba su armonía: los bienes materiales, los afanes por las cosas accesorias
y carentes de importancia, la ignorancia y la falta de virtud. Pero el cuerpo,
la necesidad de cuidarlo, de mantenerlo bello y dispuesto, son afirmados
reiteradamente".
El
conocimiento para Sócrates no es meramente especulativo o contemplativo, está
al servicio del bien, no de un bien o virtud abstracta o remota, sino a un bien
próximo y concreto que puede realizar el ciudadano en sí mismo, en su propia
vida, y en la convivencia con los demás seres humanos en el seno de la
comunidad para el mejoramiento de ésta y del propio individuo. La educación
moral del hombre se convierte, en la filosofía socrática, en el fin primordial
de la filosofía, de ahí que sea indispensable el conocimiento de la virtud. El
recto conocimiento de las cosas conduce al hombre a vivir moralmente. La virtud
nace del conocimiento, quien sabe lo que es bueno acaba por practicarlo. El
hombre sabio es por esencia bueno, el mal es engendro de la ignorancia, de tal
manera que al que llamamos "malo" o "vicioso" no es más que
un ignorante, ayuno de virtudes porque no ha tenido ocasión de conocerlas. La
virtud se funda en el saber. A esta postura que hace coincidir la virtud con el
conocimiento se denomina intelectualismo moral pero además de presentar un
intelectualismo moral la ética de Sócrates desemboca en un eudemonismo toda vez
que la virtud es el camino para lograr la felicidad humana, de esta manera en
la filosofía socrática quedan eslabonados o vinculados estos tres conceptos:
conocimiento, virtud y felicidad. Una felicidad primordialmente interior, no
goce de las cosas externas, las cuales no son en principio eliminadas, sino,
por así decirlo, suspendidas.
Sócrates
estaba convencido de que sin una constante indagación el descubrimiento de lo
que es justo, bueno y virtuoso no sería posible. Como vemos en otro de nuestros
temas el método idóneo para este descubrimiento es la mayéutica o arte de dar a
luz a la verdad por medio de preguntas lanzadas a un interlocutor dispuesto a
saber, por ejemplo, que es lo bueno, lo justo y lo verdadero.
Podemos decir
que la intervención de Sócrates en el perfeccionamiento de los ciudadanos de su
Polis consistió en interesarlos, en motivarlos para que por sí mismos
descubrieran la verdad, la naturaleza de las virtudes hasta donde ello fuera
posible. La misión del filósofo era el de ser un guía, un conductor del
diálogo, de esta dialéctica que impulsara la reflexión como una eficaz
herramienta para orientar la vida en la Polis.
De esta
manera, como dice E. Nicol, "el método socrático es un camino de vida y no
una lógica". "Sócrates ha sido el filósofo más desprovisto de afán de
poder de toda la historia del pensamiento occidental. Sus contemporáneos, y
toda la posteridad conocen y comentan sus virtudes de humildad, de pobreza, de
temperancia, su porte sencillo y su fácil abstinencia de todo lo que implique
distinción y brillo y vana dignidad". "El logos sin poder, la
suficiencia sin soberbia: ésta es la enseñanza de Sócrates".
Acusado de
impiedad o de no reconocer a los dioses de la ciudad y de corromper a la
juventud con sus enseñanzas, Sócrates se convirtió en un mártir de la
filosofía. Fue condenado a muerte, a beber la cicuta en 399 a. C. No aceptó el
destierro ni huir de la prisión, alegando que es mejor ser víctima del Estado
que desobedecer las leyes, que aunque injustos, lo habían condenado atendiendo
al interés general de un régimen supuestamente "democrático".
Good
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